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Gastronomía


El espléndido entorno natural del ayuntamiento de Samos, sus pastos, los ríos y el saber hacer de la gente, es propicio para que la materia prima de los alimentos sea de una calidad excelente.

Lo que un día empezó como una moda entre los restauradores del ayuntamiento, usar los productos propios de la zona para la elaboración de sus platos, pasó a ser de uso común. No es difícil vergente de otras localidades degustando los platos que aquí se hacen.
De sus huertas salen las legumbres y hortalizas de ricos sabores y colores naturales.

Los ríos por los que discurren aguas frías y cristalinas ofertan truchas y anguilas que los cocineros expertos de la zona saben preparar muy bien.
Las carnes son las reinas de los fogones. Los castaños y los robles, con sus frutos, alimentan al ganado bovino y porcino. El cerdo ofrece muchas formas de ser preparado: lacón, cabeza, chorizos, morcillas, butelo y jamón, entre otras; como reza el dicho, “del cerdo se aprovechan hasta los andares”.

El ganado bovino, al igual que el ovino, se alimenta en los verdes y abundantes pastos de estas tierras. Sus carnes son de una gran calidad, apreciable en el paladar. Exquisitos chuletones, solomillos.... salen de la carne de vacuno.

Otros platos que podemos degustar son: la empanada, el caldo, pulpo “a la Feria”, las filloas de leche o las de sangre (en época de matanzas), entre otros muchos.

Los establecimientos son reconocidos por su repostería, destacando los denominados bizcochos de Samos, cuya receta salío del monasterio hace mas de 250 años. Aún hoy, se siguen haciendo como antes y son muy demandados por quien los degustó. Los postres que ofrecen los hosteleiros son, en su gran mayoría, caseros, utilizando las materias primas del propio ayuntamiento.